La Realidad Aumentada y el CGI son dos grandes herramientas que pueden ayudar a darle un toque diferente e inolvidable a un lugar familiar y ordinario. Hoy vamos a platicar de cómo estas dos tecnologías pueden hasta cambiar las campañas publicitarias y convertirlas en una experiencia única.
Seguramente al ir viendo redes sociales te has topado con imágenes y gráficos que te hacen preguntarte si lo que estás viendo es real o falso, bueno, pues ese es el poder del CGI.
El CGI es la tecnología que permite crear imágenes hiperrealistas y modelos 3D usando software avanzado. Lo impresionante es que permite a las marcas contar historias visualmente asombrosas y emocionales.
El FOOH o Fake Out of Home Advertising es una tendencia nueva. Consiste en usar el CGI para crear anuncios exteriores (OOH) hiperrealistas que nunca existieron en el mundo real.
El éxito de este tipo de anuncios está en que son videos que causan mucho impacto en el espectador, ya que incluyen un factor sorpresa que hace que de inmediato pongan atención.
Al estar en una ubicación familiar se preguntan si es algo real o una ilusión, la experiencia pasa a ser más cercana y sienten más conexión con la marca. Por esto mismo al hacer este tipo de campañas tienden a ser más virales, ya que la gente lo comparte en redes sociales y llega más tráfico orgánico.
Gracias a todos estos factores, la campaña se vuelve más personal para el consumidor, lo que hace que sienta más confianza y decida invertir en el producto.
Todas estas campañas usaron el CGI para hacer animaciones realistas, tomaron lugares familiares y le dieron un toque de aventura creando algo especial e inolvidable para el consumidor.
Ahora, si el CGI te permite ver la magia, la Realidad Aumentada (AR) te permite vivirla.
Usando la realidad aumentada, las personas pueden crear una nueva experiencia al interactuar con la campaña, volviendolo un momento inolvidable.
El verdadero impacto se da con el AR basado en ubicación (Location-based AR). Ya que esto hace que las personas locales sientan que es una experiencia personalizada, pues solo los que están cerca pueden vivirla, creando una conexión más profunda. Y gracias a esto se transforma un lugar pasivo en un destino interactivo.
Por otro lado, cuando los usuarios se vuelven parte de la historia, graban y comparten sus videos, lo cual puede llevar a la campaña a hacerse viral. Además cada vídeo compartido es único, dependiendo de la persona que lo comparte. La Realidad Aumentada le da un toque personalizado a cualquier campaña, pues cada quien vive una experiencia diferente al interactuar.
Imagínate que llega la temporada de pascua y que alguien especial para ti te mande una pista para encontrar un huevo de pascua, buscarlo y al ir caminando, ver a través de tu teléfono un huevo de pascua gigante en un lugar especial.
Esto se hizo en Cadbury 's Worldwide Hide, una campaña de Pascua donde los usuarios podían esconder un huevo virtualmente en Google Maps para un ser querido y, una vez encontrado, se entregaba un huevo real.
Además de ser una experiencia interactiva, y con cierto valor sentimental para los clientes, esta acción atrajo a más de 2 millones de visitas y generó la compra de 14,500 huevos reales, demostrando que la AR impulsa resultados de negocio concretos y mueve a las personas.
Otro ejemplo fue una campaña de Netflix de San Valentín en la que se hizo un mural con un código QR en el que las personas podían diseñar su propia tarjeta de San Valentín, en esta podían agregar su frase favorita de romance de alguna serie y su nombre. Así podrían mandarla directamente a su persona especial o subirlo a sus historias de instagram, creando una experiencia personalizada divertida que no se sentía como publicidad y dando tráfico orgánico a la campaña.
Para explicarlo mejor, imagina que estás tratando de vender un pastel. El CGI (FOOH) es como tomar una foto hiperrealista de ese pastel flotando mágicamente sobre un edificio famoso y publicarla: es impresionante y todo el mundo la comparte.
La Realidad Aumentada (AR), en cambio, es como ofrecer una experiencia donde la gente puede usar su teléfono para ver ese pastel aparecer en su propia mesa de cocina, y cortarlo virtualmente, convirtiéndolos en parte activa del momento.
Ambas estrategias son poderosas, pero una te da visibilidad masiva y la otra te da interacción profunda. Las dos le dan un sentido de conexión a las personas y tienen un factor “WOW” impresionante, pues transforman algo cotidiano en algo sorprendente.
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